Aquest bloc no preten sentar càtedra en cap concepte, només vull anar experssant la meva manera de veure les diverses representacions gràfiques, pròpies i alienes. Bàsicament em centraré en la fotografia ja que és del que puc defensar-me millor però hi aniran sortint altres tipus d'opinions (pintura, disseny, còmic...).

M'agradaria molt poder crear discussions constructives ja que, com a no professional de cap tema, puc treure molt de profit de les opinions dels demés (encara que pensin que no en saben prou com per a opinar, excusa que no serveix ja que jo tampoc hi entenc).



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Este blog no pretende sentar cátedra en ningún concepto, sólo quiero ir expresando mi manera de ver las diversas representaciones gráficas, propias y ajenas. Básicamente me centraré en la fotografía ya que es lo que puedo defenderme mejor pero irán saliendo otros tipos de opiniones (pintura, diseño, cómic ...).

Me gustaría mucho poder crear discusiones constructivas ya que, como no profesional de ningún tema, puedo sacar mucho provecho de las opiniones de los demás (aunque piensen que no saben lo suficiente como para opinar, excusa que no sirve ya que yo tampoco entiendo).


dijous, 31 de març del 2011

Arthur Fellig "Weegee" (1899-1968)

Volia parlar una mica de Weegee (Arthur Fellig), gran fotògraf americà especialitzat en successos. Igual és més conegut pel paper que va fer d'ell Joe Pesci a "El ojo público". Buscant informació per la xarxa he trobat aquest post d'Héctor Fernández a http://www.caborian.com/20060915/grandes-fotografos-weegee-the-famous/ que no m'he pogut resistir a copiar-lo íntegrament (altrament dit, piratejat).
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Quería hablar un poco de Weege (Arthur Fellig), gran fotógrafo americano especializado en sucesos. Igual es más conocido por el papel que de él hizo Joe Pescu en "El ojo público". Buscando información por la red he encontrado este post de Héctor Fernández en http://www.caborian.com/20060915/grandes-fotografos-weegee-the-famous/ que no me he podido resistir a copiarlo íntegraments (dicho de otra manera, pirateado)


Introducción

El estilo de Weegee es fácilmente reconocible y ha marcado tanto el fotoperiodis como la fotografía de autor. En su día, el reconocimiento le llegó de manera “popular”, con un libro “Naked City” (1945 que agotó en pocos días las 6 primeras ediciones. Sin embargo, los museos no mostraban interés por su obra, a excepción del MOMA, donde Beaumont Newhall y Alfred Steichen le incluyeron en sendas exposiciones colectivas (“Action Photography” y “50 Photographs by 50 Photographers”). Hoy, está presente en infinidad de museos y colecciones.

Se trata de un hombre que aprendió la técnica fotográfica como oficio, sin conocer la obra de los grandes nombres de la fotografía del momento. Empezó como ayudante de laboratorio, y luego pasó a tomar fotos en la calle para los periódicos. Primero a través de agencia y finalmente como freelance (harto de que su nombre no apareciese en las fotos publicadas).



Precedentes y coetáneos

El mundo en el que se mueve weegee es el del fotoperiodismo. Lo aborda de manera directa, sin pretensiones estéticas, y buscando el efectismo e inmediatez que demandan los diarios que le compran las fotos. Esto es un negocio.



No tiene nada que ver con los fotorreporteros de reconocido prestigio que venden sus “ensayos” a revistas ilustradas. Ni con los de estilo comprometido, tipo Eugene Smith, ni con los que representan la fotografía alegre y optimista de “interés humano”, tipo Doisnneau, Ronis, Bresson… Weegee no se preocupa por las composiciones, las texturas u obtener un amplio rango tonal. Sólo busca los sentimientos.

Nada que ver con los fotógrafos del Farm Security Administration (Dorothea Lange, Walker Evans…) que pese a sus diferentes estilos todos muestran una postura moral frente a la pobreza que retratan. Weegee es neutral. No juzga lo que ve.

Entroncaría, en cierta manera, con la tradición de fotógrafos como Lewis Hine o Jacob Riis. Fotos directas, que importan por lo que vemos más que por cómo lo vemos. Eso si, sin el compromiso de denuncia de estos dos. Y al igual que Riis, una de sus armas más importante será el flash, para iluminar todas esas escenas que al público general se le escaparía si no fuese por ellos.

Pero mientras Hine o Riis ofrecen imágenes estáticas, documentales, y distanciadas (desde el punto de vista plástico, no ideológico), las fotos de Weegee son como puñetazos. Transmiten la idea de que el fotógrafo estaba allí, y por extensión, nosotros nos metemos en la imagen. Tienen una componente de espectáculo.


Jacob Riis, de la serie “Cómo vive la otra mitad” (finales del XIX)


Lewis Hine, sobre el trabajo infantil. (1908)


Weegee. Durante un incendio en Harlem, en 1942

No es que no hubiese otros fotoperiodistas que hiciesen lo que él. La diferencia está en que sus fotos, encima, son buenas y siempre era el primero en llegar. Al principio viviendo a pie de teletipo, después, cuando ya adquirió reputación, gracias a ser el primer fotógrafo al que le concedieron permiso para llevar en el coche una radio conectada a la de la policía y los bomberos.

Viviendo de noche, el coche a modo de casa, siempre alerta y con un laboratorio en el maletero. Así fue su vida durante años. Y esas precarias condiciones de trabajo son también las que han hecho que sus negativos se conserven bastante mal, con numerosos problemas de manchas por un procesado deficiente.


Weegee en su “oficina”

Su obra, su estilo

A Weegee se le podría aplicar fácilmente lo de “hacer de la necesidad virtud”. Sabe lo que necesita, lo que le piden y lo que busca, así que no se anda con rodeos y va a por ello por el camino más corto.

Como fotógrafo freelance de sucesos necesita fotos que impacten. Directas. Que haga que el editor del periódico elija la suya y no otra, y que el lector que pasa las hojas rápidamente, se quede con su imagen. Son fotos que han de hablar por si solas, sin necesidad de explicación, por lo que son inmediatas y van directas al plano emocional. Su trabajo es fundamentalmente nocturno, por lo que lo más fácil y eficaz es emplear flash. Ha de ser rápido o perderá lo que busca, así que lleva su equipo preparado. Flash, cámara de 4×5, velocidad 1/200, diafragma f:8 y punto de enfoque a 3 metros. Es todo lo que necesita y sólo ha de preocuparse por situarse a esa distancia de lo que le interese.

El destino final de las fotos, como digo, es salir en papel de periódico, que por aquel entonces reproducían los tonos medios con muchos problemas, así que el uso que le da al flash, como fuente de luz principal y de manera frontal, es ideal ya que aumenta el contraste y reduce la gama tonal. Con cierto grado de pretenciosidad (a fin de cuentas firmaba sus fotos como “Weegee el famoso”) él mismo llamaba a este tipo de iluminación “luz de Rembrandt”, pese a que las diferencias de calidad entre ambas luces es bien clara. La del pintor, lateral, moldea los elementos y confiere texturas. La del flash frontal elimina toda textura y aplana las caras.



“Joy of living” 1942


Esta es una de las facetas de su obra en su momento más glorioso (años 40): el mundo de los sucesos. Los asesinatos, los incendio, el drama…. El crimen como espectáculo. Pero no hay espectáculo sin público, así que en muchos casos gira su cámara para fotografiar a los mirones (ver la foto “su primer asesinato” situada más adelante), captando la idea de voyeurismo que se apoderará de la sociedad con la llegada de la televisión y la cultura pop.

La gente es “atrapada” en sus fotos. Cazada sin impudicia, sorprendidos contra un fondo subexpuesto o intentando ocultarse del ojo de la cámara.



La otra gran faceta de su obra durante este período es la vida cotidiana en los barrios populares de la ciudad. Las parejas (seguimos con el tema del voyeurismo), los niños en la calle, la gente en la playa… Imágenes amables, sobre todo en comparación con su otra temática, que formaran el ideario colectivo de las gentes de Nueva York. La representación de una época y su modo de vida. Desde entonces, cuando alguien quiere saber como era esa ciudad en los años 40-50 pensará en las imágenes de Weegee.


En muchas ocasiones emplea película infrarroja, para fotografiar sin llamar la atención. Para robar fotos en la oscuridad de los cines, para fotografiar a las parejas en los parques o para retratar a la alta sociedad cuando piensan que nadie los ve.


Usa, en fin, todos lo medios a su alcance para lograr la imagen de lo que busca. No tiene reparos en manipular las fotos, eliminar objetos y reencuadrar, u orquestar escenas. Por ejemplo, una de sus fotos más conocidas, “The Critic”, la consigue haciendo que un ayudante lleve a una alcohólica con la que coinciden a veces, a las inmediaciones de la Opera, para esperar a que se acerque alguien de la alta sociedad. En el momento oportuno, el ayudante se separa y ya tenemos la foto… tras cortarla en laboratorio.



Posteriormente, en 1946 se traslada a Hollywood, donde participa en algunas películas, retrata a las estrellas del cine y se convierte en su propio personaje. Fruto de ese trabajo publicará el libro “Naked Hollywood” en 1953.

En la última parte de su vida, de vuelta en Nueva York, se dedicará a exponer su obra y a experimentar con juego ópticos en la ampliadora. Sin embargo, cuando se piensa en Weegee todos pensamos en sus fotos de gangsters y escenas callejeras de los años 40.


Weegee con Vampira en 1952


Lauren Bacall en la noche de los Oscars de 1952

Influencia

La obra de Weegee ha tenido más influencia de la que se pudiese pensar a primera vista, y en direcciones muy variadas.

Su estilo directo, de meterse en la escena, de conceder mayor importancia a lo que vemos que a cómo lo vemos es algo que heredarán fotógrafos tan dispares como Diane Arbus o William Klein. En su libro sobre Nueva York, Klein lo que busca es romper con la tradición de fotos “bien compuestas” a favor de una fotografía que transmita sensaciones, en concreto la de estar metido en medio de la ciudad. Fotos agresivas, directas, sin concesiones, tomadas desde muy cerca y sacrificando la escala tonal si con ello se logra expresividad.


Weegee “Su primer asesinato” 1941


William Klein


William Klein

El interés mostrado por Weegee hacia los freaks y personajes de los márgenes de la sociedad (enanos, travestis, lesbianas) será compartido por Lisette Model y heredado por fotógrafos como Diane Arbus o Mary Ellen Mark. Un enfoque franco, que no muestra sentimientos, moralmente neutro. Weegee y Model entablaron amistad en la Photo Leage. Una asociación de fotógrafos de izquierdas a la que ambos pertenecían y donde él expuso por primera vez (“Murder is my business” 1941).

Su influencia sobre Arbus se puede ver en el uso del flash directo, en la despreocupación por la composición y en ciertos aspectos de la temática de su obra.

Weegee


 Lisette Model


Diane Arbus. “Patriota”


Diane Arbus

Y si seguimos la línea iniciada, podemos ver la influencia tanto de Weegee como de Arbus, en fotógrafos como Martin Parr. El uso del flash a bocajarro, el gusto por lo vulgar, por la cultura popular, las fotos que “te golpean”. La inmediatez.


Martin Parr


Martin Parr

Pero aún hay un aspecto más donde podemos ver la influencia de Weegee. Se trata de su faceta como visionario proto-pop.

Se adelanto a la fascinación de los artistas pop por la mezcla entre violencia y felicidad. En la fascinación por el culto a los famosos. El gusto por lo friki y lo absurdo de la sociedad de los mass-media. El voyeurismo, que ya vimos en su obra.

Lo podemos observar también muy claramente en sus últimos trabajos. Sus “distorsiones” usando las fotos de famosos, o la suya propia, ya que se consideraba famoso (y lo era).

Estas obras, de las que casi nadie se acuerda, están emparentadas con las que realizaba Warhol basándose en retratos de iconos, tipo Marilyn.