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Hace unos días al salir de casa por la mañana me encontré toda la calle llena de banderolas con la foto de un señor que no conocía de nada. Miré su nombre (benditas gafas) y vi que se llamaba Ricard Gomà, candidato a alcalde de Barcelona por Iniciativa per Catalunya - Els Verds. A pesar de ver a menudo los noticiarios y haber seguido algún pleno del ayuntamiento por BTV el señor este no me sonaba de nada. Supongo que para el 90% del imperio barcelonés tampoco. Mira, pensé, puede ser una buena excusa para analizar un retrato electoral sin estar influido por pre-campañas anteriores. Parto de la base de que, jugándose tanto dinero, el cartel está hecho a conciencia por los mejores profesionales de sector y, por supuesto, no pretenderé saber más que ellos, sólo explicaré lo que me transmiten los pequeños detalles.
Ja de bon començament el senyor em sembla un professor d'institut soso i avorrit. Un somriure forçat torçant una mica la boca cap a la nostra dreta denota incomoditat davant la sessió fotogràfica. Segur que és molt tímid (la meva filla diu que pot ser el pare de Sandro Rosell) Les ulleres també cauen cap a un costat la qual cosa fa que et fixis més amb els ulls i t'adonis que la mirada va perduda. Intenta disimular, sense èxit, la petita melena que li penja pel derrera i que li fa semblar més "progre". Sobre la manera de vestir, pot semblar que l'han obligat a posar-se l'americana, encara que he estat mirant fotos seves anteriors i ja és aquesta manera de vestir la que fa servir més sovint (quan l'ocasió ho requereix sembla sortit d'una comuna hippie). El plec de la camisa al darrer botó em fa pensar que s'acaba de treure la corbata per a estar més còmode (no crec que n'hagi dut mai) així qui el vulgui veure ben vestit se'l pot imaginar i qui no, doncs no. El fons no contribueix massa a treure la imatge de personatge gris que transmet amb la cara. Definitivament, el que em transmet aquest cartell és el d'una persona que no té cap ganes de complicar-se la vida en aquest pollastre però que l'han persuadit ja que ningú no volia cremar-se amb històries condemnades al fracàs.
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Ya desde el principio el señor me parece un profesor de instituto soso y aburrido. Una sonrisa forzada torciendo un poco la boca hacia nuestra derecha denota incomodidad ante la sesión fotográfica. Seguro, que es muy tímido (mi hija dice que puede ser el padre de Sandro Rosell) Las gafas también caen hacia un lado lo que hace que te fijes más con los ojos y te des cuenta que la mirada perdida. Intenta disimular, sin éxito, la pequeña melena que le cuelga por detrás y que le hace parecer más "progre". Sobre el modo de vestir, puede parecer que le han obligado a ponerse la americana, aunque he estado mirando fotos suyas anteriores y ya es esta manera de vestir la que utiliza más a menudo (cuando la ocasión lo requiere parece salido de una comuna hippie). El pliego de la camisa en el último botón me hace pensar que se acaba de sacar la corbata para estar más cómodo (no creo que haya llevado nunca) así que lo quiera ver bien vestido se le puede imaginar y quién no, pues no. El fondo no contribuye demasiado a sacar la imagen de personaje gris que transmite con la cara. Definitivamente, lo que me transmite este cartel es el de una persona que no tiene ningunas ganas de complicarse la vida en este pollo pero que lo han persuadido ya que nadie quería quemarse con historias condenadas al fracaso.
